RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS ACUÁTICOS EN ÁREAS PROTEGIDAS DE LOS ALPES Y LOS PIRINEOS

Musarañas, peces introducidos y lagos de alta montaña: un equilibrio ecológico vulnerable

Un nuevo estudio revela que la introducción de peces en lagos de alta montaña afecta gravemente la biodiversidad de estos ecosistemas, con un impacto directo sobre las musarañas. Los lagos con presencia de peces muestran una disminución notable en las poblaciones de invertebrados acuáticos, fuente de alimento esencial para estos pequeños mamíferos insectívoros. Además, los peces de gran tamaño pueden depredarlas directamente, poniendo en peligro su supervivencia y alterando el equilibrio ecológico del ecosistema acuático de alta montaña.

Los lagos de alta montaña están aislados de los ríos de más abajo por barreras físicas que han impedido que los peces los colonizaran de manera natural. Sin embargo, encontramos peces en un buen número de lagos como resultado de un proceso histórico de introducción. La introducción de peces en estos lagos tiene consecuencias negativas sobre la fauna nativa, afecta la estructura y el equilibrio de todo el ecosistema y altera la red trófica.

El estudio, publicado en la revista Biological Conservation por los investigadores del proyecto LIFE RESQUE ALPYR, confirma que los lagos con peces presentan una reducción significativa de invertebrados acuáticos, lo que provoca una competencia alimentaria desfavorable para las musarañas y afecta su distribución y supervivencia.

Musarañas en peligro: competencia y depredación

Las musarañas, a menudo confundidas con pequeños ratones, no son roedores, sino pequeños depredadores insectívoros, más parecidas a los topos o erizos. Dos especies en particular, la musaraña de agua euroasiática (Neomys fodiens) y la musaraña del Valais (Sorex antinorii), son especialmente vulnerables a los cambios en estos ecosistemas.

Musaraña de agua euroasiática (Neomys fodiens; a la derecha) y musaraña del Valais (Sorex antinorii; a la izquierda).

Estas musarañas dependen de los lagos para cazar invertebrados acuáticos y terrestres, y la presencia de peces genera una competencia directa por este recurso. Además, los peces más grandes pueden depredar a las musarañas, desplazándolas de las zonas cercanas a los lagos.

Estudiar la distribución y dieta de las musarañas

Para estudiar el impacto de esta competencia, los investigadores colocaron tubos de plástico con cebo de insectos y crustáceos secos alrededor de más de 40 lagos de alta montaña.

Esta técnica no invasiva permite recoger excrementos de musaraña y analizarlos mediante metabarcoding, una técnica molecular que identifica la especie, su distribución y estudia su dieta. Los resultados obtenidos confirmaron que la presencia de musarañas es mucho más frecuente en lagos sin peces.

Con los resultados obtenidos, los autores del estudio esperan contribuir a sensibilizar sobre la necesidad de preservar los ecosistemas de alta montaña y fomentar una gestión pesquera que promueva la sostenibilidad y la riqueza biológica de estos hábitats únicos.